La indignación y el desconsuelo embargan a Claudia Ancasi, madre de Elizabeth Agramonte Ancasi, una joven de 22 años cuya trágica muerte desencadena una serie de acontecimientos que dejan en sospecha. La familia exige justicia luego de conocer que el principal sospechoso, Frank Chipana Condori (25), permanecerá en libertad, a pesar de los indicios de un presunto homicidio.
El pasado 6 de agosto, Elizabeth y su prima Nicol Núñez (21) visitaron la residencia de Frank Chipana Condori en la avenida Los Incas (Cercado). La noche transcurrió entre amigos, compartiendo momentos hasta altas horas de la madrugada. Según la versión de Chipana, Elizabeth se retiró a descansar y posteriormente comenzó a mostrar signos de malestar, llegando incluso a vomitar.
La situación dio un giro trágico cuando, tras llevar a Elizabeth primero a la casa de Nicol en Paucarpata y luego al hospital Goyeneche, los médicos certificaron su fallecimiento. La necropsia reveló causas preocupantes: insuficiencia respiratoria aguda y asfixia mecánica por sofocación externa. Estos hallazgos indican que la joven fue víctima de un hecho violento que le obstruyó las vías respiratorias, provocando su prematura muerte.
Entre las omisiones destacables, el Ministerio Público no logró acreditar el ADN de los restos seminales encontrados en la víctima, tampoco proporcionó detalles esenciales como la hora de la presunta agresión sexual ni las circunstancias precisas que rodearon la muerte de Elizabeth Agramonte. Estos vacíos en la investigación han generado incertidumbre y cuestionamientos sobre la integridad del proceso judicial.
La familia Ancasi, respaldada por la comunidad, insta a las autoridades a revisar detenidamente el caso y a reconsiderar la formulación de cargos más acorde con la gravedad de los hechos.
