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Padre de minero fallecido: “Que su expareja se lleve todo pero a nosotros que nos entregue el cuerpito”

Don Rafael, aun tembloroso, mostraba en la puerta de la morgue el DNI de su hijo Florencio Cruz Apaza para asegurar que el cadáver le pertenecía. Con pocas palabras implora enterrar al minero, una de las 27 víctimas que fallecieron el sábado en la mina “Esperanza I”, Yanaquihua (Condesuyos).

El conflicto de Don Rafael empezó al ver a la expareja, según dice, en el mismo lugar donde los deudos esperan llevarse a su fallecido.  Acompañado de su otra hija, el anciano clama por Florencio. “Que su expareja se lleve todo, pero a nosotros que nos entregue el cuerpito”, cuentan y le recuerdan a “Gabriela” que desde hace 10 años – incluso durante la pandemia – no se preocuparon por él.

El cadáver de Florencio Cruz ingresó esta mañana a la morgue de Arequipa y horas después la necropsia reveló que murió intoxicado con monóxido de carbono. El corto circuito, de acuerdo con el informe tentativo, causó fuego extendiéndose por la red de manera dentro del socavón. En segundos los 27 mineros quedaron sepultados a 100 metros de profundidad.

27 historias de dolor y desesperanza coincidieron esta mañana en reclamar una investigación rápida y sobre todo justa para un padre, un hijo, un hermano, un tío, un sobrino, un cuñado, un amigo. Cada familia recordaba cómo y cuándo fue la última vez que hablaron. Ninguno pudo conseguir un último abrazo o una palabra de cariño.

“Ya le tocaba la bajada, nos teníamos que ir a Puno, pero ahora me lo llevaré en un cajón”, narra a los medios un deudo que espera desde la madrugada.  “No quería ir a la mina, me decía que aquí había un trabajo, pero, él fue allá”, se culpa otro mientras cubre sus ojos con lágrimas.

En el grupo de deudos también estaba una gestante. Partió el domingo a las 5.00 a.m. de Velille (Chumbivilcas – Cusco) y llegó ayer a las 5.00 p.m. a la Ciudad Blanca.  Cargada de su hija de 1 año y medio evitaba quebrarse. “No lo creo, todavía no lo creo”, confesaba con la mirada perdida Jenny, la pareja del perforista Adriel Cadena Huachaca.

La Av. Alcides Carrión fue restringida por la Policía para el ingreso de los vehículos con los cuerpos. Los curiosos pese al tráfico en la zona entendieron de que se trataba de un duelo nacional.

Foto principal: AFP




 

 

EPA