El penal de Socabaya en Arequipa ha sido escenario de un intento de introducir objetos prohibidos, con el ingenio de quienes buscan burlar las medidas de seguridad penitenciaria. Edith Lucrecia Suyco Huamani de Vilca, una de las proveedoras de alimentos para la cocina del penal, fue detenida tras intentar ingresar 48 celulares de alta gama ocultos dentro de baldes de cera para pisos.
El hecho ocurrió cuando el personal de seguridad del Instituto Nacional Penitenciario (Inpe) intervino a Suyco Huamani, quien llevaba verduras y seis bidones de cera. La actitud sospechosa de la proveedora llamó la atención de los agentes de seguridad, quienes decidieron realizar una revisión minuciosa de los contenedores. Para su sorpresa, descubrieron que los bidones habían sido manipulados y, al abrirlos, encontraron los teléfonos móviles cuidadosamente ocultos en su interior. Uno de los paquetes con teléfonos llevaba la inscripción de “Lobo”.
Además de los 48 celulares, durante el registro también se hallaron 16 cargadores y 7 bolsas con cables USB. Estos dispositivos, aparentemente, estaban destinados al interno Guillermo Casa Quico, quien cumple condena por el delito de violación sexual.
La tecnología, en manos equivocadas, puede convertirse en una herramienta poderosa para la coordinación de delitos y la intimidación de testigos, por lo que el control de su ingreso a los penales es una prioridad para las autoridades.
Este incidente también pone de relieve la necesidad de revisar y fortalecer las políticas de contratación y supervisión del personal externo que tiene acceso a las instalaciones penitenciarias.
Por su parte, la Dirección del Instituto Nacional Penitenciario ha iniciado una investigación exhaustiva para determinar la complicidad de otros funcionarios o internos en este intento de contrabando y para identificar posibles fallas en los procedimientos de seguridad que puedan haber facilitado este incidente.