Un efectivo policial resultó herido en la espalda durante la manipulación de un arma particular por parte de otro colega, en el patio de la Unidad de Servicios Especiales (USE) de Arequipa. El incidente ocurrió la mañana del domingo, cuando los agentes se preparaban para entrar en servicio.
Según el general Colim Sim, jefe de la Región Policía, el hecho sucedió mientras un agente revisaba su armamento y, de manera involuntaria, se produjo un disparo. «Hubo una incidencia de tiro, un disparo, y con el rebote de su propia cacerina, impactó a otro efectivo en la espalda por roce», explicó. Por su parte, el jefe de la USE, mayor Manuel Carnero, calificó el hecho como un «incidente fortuito».
El caso ha sido remitido a la Inspectoría de la Policía para una investigación exhaustiva, dado que el agente involucrado no es nuevo en el campo, siendo egresado de la promoción 2021.
Durante la formación rutinaria en el patio principal, un disparo accidental se escapó del arma particular de un suboficial de apellido Silvera, impactando contra el piso y provocando esquirlas que hirieron a dos agentes presentes en el lugar.
Según los testimonios de los propios agentes que presenciaron el incidente, el disparo ocurrió mientras un grupo de policías aún permanecía en formación. Inmediatamente, el suboficial PNP Ramírez solicitó a un superior la evacuación de los dos policías heridos, uno de los cuales fue identificado con el apellido Gárate. Ambos agentes fueron trasladados a la sanidad, y aunque las heridas no fueron graves, el incidente generó preocupación dentro del cuerpo policial.
Tras conocerse la noticia, la Policía Nacional del Perú emitió un comunicado a través de sus redes sociales oficiales en Arequipa, desmintiendo el hecho y calificándolo de falso. Sin embargo, este medio cuenta con mensajes y audios de testigos que corroboran el incidente, aunque prefirieron mantenerse en el anonimato por temor a represalias. Además, el mayor PNP Manuel Carnero, jefe de la USE, confirmó el hecho en comunicación con EPA Noticias, aunque atribuyó la detonación a un posible sobrecalentamiento en el almacén y minimizó la gravedad del suceso, describiéndolo como «cosas que suelen pasar».
A pesar de la confirmación oficial del incidente, la negativa inicial de la Policía Nacional de reconocer lo sucedido plantea interrogantes. ¿Por qué calificar de falsa una situación que evidentemente ocurrió? ¿No hubiera sido mejor aclarar el incidente desde el principio, señalando que no tuvo consecuencias graves? La falta de transparencia en estos casos puede generar desconfianza y preocupación, tanto entre el personal policial como entre la ciudadanía.