A menos de un año de las elecciones generales, la última encuesta de Ipsos Perú muestra que el presidente José Jeríobtiene un 45 % de aprobación a su gestión, frente a un 42 % de desaprobación. Aunque los números reflejan un inicio con cierto respaldo, también evidencian una ciudadanía dividida y un escenario político en transición.
El mandatario, que llegó al poder tras la vacancia de Dina Boluarte, ha logrado sostener una imagen relativamente positiva, sobre todo en Lima, donde alcanza un 49 % de apoyo. En las regiones, la aprobación desciende ligeramente al 43 %, mostrando una brecha habitual entre la capital y el interior del país.
El sondeo también señala un contundente respaldo (82 %) a la destitución de Boluarte, un dato que revela el hartazgo de la población frente a la crisis política y el deseo de renovación institucional. Sin embargo, ese mismo sentimiento no se traduce todavía en una preferencia electoral definida.
De cara a los comicios de 2026, la intención de voto permanece dispersa. Rafael López Aliaga lidera con apenas 9 %, seguido por Keiko Fujimori y Mario Vizcarra con 7 % cada uno. El alto porcentaje de votos blancos o viciados (37 %) y de indecisos (12 %) refleja una fuerte desconfianza hacia la clase política tradicional y un vacío de liderazgo que podría redefinir el mapa electoral en los próximos meses.
En síntesis, el gobierno de José Jerí atraviesa una etapa de expectativa: cuenta con una base de apoyo considerable, pero enfrenta el desafío de sostenerla en medio de un clima de descontento generalizado y de una ciudadanía que, aunque respalda los cambios, aún no encuentra una figura que encarne su esperanza de estabilidad.
