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Opinión | Últimas horas de Evo Morales

Esto se escribe el domingo por la tarde, y la situación en torno de Evo Morales se ve extrañamente fluida, por no decir extraña. Sin chistar ahora le da la razón al lapidario peritaje de la OEA. Ha anunciado una convocatoria a elecciones, pero no da fecha. No piensa renunciar, pero en una versión dice que se quedará hasta enero próximo. La gente sigue esperando.

Debemos suponer que Morales está pensando participar en las elecciones que ha convocado (no ha precisado), y ganarlas. Pero a pesar de los despidos y renuncias de las autoridades electorales, nadie va a creer en una victoria de Morales. Incluso su candidatura misma sería motivo de un ciclo nuevo y potenciado de protestas.

Mientras todo eso sucede, los tuits cuentan una historia muy diferente. Las renuncias de ministros, gobernadores y congresistas de Morales se disparan. México informa sobre un pedido de asilo desde Bolivia. Un rumor dice que el avión presidencial ha pedido permiso para sobrevolar Argentina a las 3:30, dice la Fuerza Aérea de ese país.

Entonces, ¿Morales ya está perdido? ¿O tiene un plan para salvarse de la crisis, con cuarta presidencia incluida? Las apuestas se están inclinando por lo primero. Los socios del ALBA que lo felicitaron por su triunfo hace algunas horas ahora se han quedado mudos. En Bolivia los opositores ya no quieren nuevas elecciones, sino su cabeza antes que nada.

La experiencia sugiere que cuando las cosas llegan a la situación de Bolivia hoy, los presidentes no se salvan. Sobre todo cuando el Comandante de la Fuerza Armada acaba de sugerirle a Morales que renuncie (ahora a las 3:00). Morales acaba de descubrir lo peligrosa que puede ser una reelección forzada, como ya lo vimos en el Perú hace 20 años.

¿Dónde falló el cálculo de Morales? Quizás en no entender que la protesta en las calles se ha vuelto un mecanismo donde una chispa enciende a otra, verdaderas reacciones en cadena que pueden conducir a cualquier parte. La protesta por un fraude terminó rebasando la divisoria oficialismo-oposición, y se volvió una suerte de versión de la primavera árabe. Como en Chile.

Puesto de otra forma, 14 años de gobierno es demasiado. Con esa frase François Mitterrand le ganó la elección a Valéry Giscard D´Estaing en 1981.
Evo Morales renunció a las 4.02 p.m.

Fuente La República – Mirko Lawer

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